Perséfone
es hija de Zeus y de Deméter. La joven doncella, también
llamada Kore, es raptada por Hades que la obliga a casarse con él, y se
convierte en la reina del Inframundo. La forma romana del nombre Proserpina
procede de la forma dialectal de este nombre en las ciudades eólicas y dóricas
de la Magna Grecia. El personaje de Perséfone fue reinterpretado de muchas
formas que no coinciden con la figura de la diosa en la Grecia antigua, por
ejemplo, en el renacimiento.
Estatua
que representa a Isis-Perséfone con un sistro, hallada en el templo de los
dioses egipcios de Gortina y conservada en el Museo Arqueológico de Heraclión.
180-190 d. C.
Visión General: La figura de Perséfone es actualmente muy
conocida. Su historia tiene un gran poder emocional: una doncella inocente, el
dolor de una madre por el rapto y el regreso de su hija. También es citada con
frecuencia como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales, con
el descenso y el regreso de la diosa provocando el cambio de estación.
Pero los griegos también conocían otra faceta de Perséfone.
Ella era además la terrible Reina de los muertos, cuyo nombre no era seguro
pronunciar en voz alta y a la que se referían como «La Doncella». En la Odisea,
cuando Odiseo viaja al Inframundo, alude a ella como «Reina de Hierro». Su mito
central, aun con toda su familiaridad emotiva, era también el contexto tácito
de los extraños ritos iniciáticos secretos de regeneración de los misterios
eleusinos, que prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes: una
inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone, en un banquete con los
héroes bajo su pavorosa mirada.
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